El 20 de septiembre de 1868 cuando faltaba menos de 1 mes para que Domingo Faustino Sarmiento asuma la Presidencia de la Nación, pronunció un discurso con motivo de la colocación del surtidor para el suministro de agua corriente en Buenos Aires.
Sarmiento remarcó la importancia que reviste la provisión de aguas corrientes para el funcionamiento de las ciudades, a la par del alumbrado público, los cementerios, la cloaca magna, la policía, etc. En esta ocasión no dejó de mencionar su crítica sobre la estructuración orgánica de Buenos Aires, dado que se había demorado por demás la realización de tan importante obra.
En relación directa al agua corriente, mencionó también el flagelo que representó el cólera: “Una ciudad sin abundante provisión de agua, es un cuerpo enfermizo y sujeto a los estragos de este azote de la ignorancia, del egoísmo, de la intemperancia y del desaseo.” A su vez puso su centro de atención en la importancia de educar al pueblo para preservarse de las enfermedades, paradójicamente en vísperas del terrible azote de la epidemia de la fiebre amarilla.
Fondo Augusto Belin Sarmiento
Fecha: 25/10/1869
Origen: Córdoba
Carta que Nicolás Avellaneda le escribe a Domingo Faustino Sarmiento desde Córdoba, ciudad que este último sólo conoce a través de las descripciones de los libros. Al pasar por Rosario, recibió demostraciones de afecto popular. La gente está ávida por saber sobre la Exposición de Córdoba. La distancia no ayuda a conectar Buenos Aires con el resto del país. En Rosario deberían hacerse la Aduana y el muelle para darle importancia a su comercio. La iluminación a gas y los caños para las aguas corrientes producen allí mucho adelantamiento. Recomienda al Dr. Mateo Luque como médico para la capitanía del puerto en Rosario. En Córdoba visitó el Colegio y la Universidad y notó las carencias. Recomienda visitar el interior para hacer realmente un gobierno nacional.
