El 24 de noviembre de 1859, el naturalista británico Charles Robert Darwin publicó su obra más importante: “Del origen de las especies por medio de la selección natural, o la preservación de las razas favorecidas en la lucha por la existencia”, en donde compiló la evidencia científica recolectada durante la exploración marítima a bordo del “Beagle”, que lo llevó como naturalista a explorar el territorio patagonico y austral sudamericano. entre los años 1831-1836.
En esta obra, Darwin brindó los fundamentos científicos sobre la evolución de las especies a lo largo de millones de años, e incluyó al ser humano. Así, refutó la teoría creacionista que afirmaba que tanto el universo como la tierra y los seres que aquí habitan, habían sido creados por un Ser Todopoderoso. Es importante mencionar que su teoría no fue inmediatamente aceptada ni por la comunidad científica internacional ni por la sociedad en general, porque negaba categóricamente el origen divino de la especie humana. Puede decirse que el principal aporte de su teoría fue demostrar que las especies se encuentran en permanente cambio, inclusive sin tener conocimiento específico respecto de la existencia de los genes, Darwin sostuvo la hipótesis de que ciertos rasgos físicos así como las “aptitudes” se heredan, y que eran factores que incidían en la supervivencia de una población.
Cabe recordar que el desarrollo teórico del naturalista inglés influenció el pensamiento de Domingo F. Sarmiento, hecho que se puede observar en su obra inconclusa “Conflicto y armonía de las razas en América”, y en la conferencia que ofreció en ocasión del fallecimiento de Darwin el 31 de mayo de 1882. Luego del deceso, sus ideas influenciaron diversos campos de conocimiento dentro de la biología evolutiva, la genética, la ecología, la paleobiología, etc.
