El 25 de abril de 1857, Domingo F. Sarmiento publicó en el periódico argentino “El Nacional”, un artículo que trató sobre las ventajas del uso del telégrafo impresor. A fines de 1850 en nuestro país, se reemplazó el telégrafo de agujas creado por la empresa alemana Siemens & Halske, por el “manipulador telegráfico” de puntos y rayas ideado por Samuel Morse.
En tal sentido Sarmiento comentó que:
“TELÉGRAFO IMPRESOR - No bastaba la prodigiosa invención de la escritura para que los hombres se comunicaran sus ideas a grandes distancias; era necesario que estas ideas volasen a la misma rapidez con que se conciben, y el telégrafo eléctrico vino a realizar este sueño que parecía inconcebible. Pero el espíritu del siglo, cuyas tendencias al progreso y a la perfección es imposible detener, exigía aún ir más allá en aquella invención por maravillosa que pareciese: ese más allá lo ha alcanzado al fin”.
A lo largo del artículo, Sarmiento explicó los detalles por los cuales el telégrafo impresor facilitaba las comunicaciones sin necesidad de tener que recurrir a la intervención de dos personas, que además de acceder al contenido del mensaje, requerían de conocimientos técnicos específicos. Por último, Sarmiento extendió la recomendación del uso de este adelanto tecnológico a los gobiernos europeos y estadounidense.
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Telégrafo - Estación telegráfica Morse
La estación está compuesta por un manipulador de doble contacto, dos galvanómetros, una llave de conmutacón a clavija, un impresor resonador repetidor y bornes de conexión, todos montados sobre una base de madera.
Materiales: Bronce, madera de teca
Origen: Londres, Inglaterra - Siemens Nª 21413
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