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Museo Histórico Sarmiento

Expandiendo horizontes

Objetos que acompañaron a Sarmiento en un viaje trascendental por Europa, África y América del Norte

En 1845, solventado económicamente por el gobierno de Chile y por iniciativa del Ministro de Instrucción de dicho país, Manuel Montt, Sarmiento inició un viaje que tuvo como objetivo relevar los sistemas educativos implementados en los países que visitó durante dos años.

Las experiencias vividas por Sarmiento en este viaje iniciático fueron recogidas en su libro Viajes por Europa, África y América, texto en el que, a decir de Juan José Saer, el Sarmiento que todos creemos conocer es desplazado por un personaje menos convencional, infinitamente más rico y más flexible que los dogmas que, como a casi todas las figuras históricas, le atribuimos. Es el mismo Sarmiento que en el Diario de Gastos de su travesía deja, con una rigurosidad exenta de falsos pudores, las huellas de su paso por esas tierras a las que lo llevaron sus ansias de conocimiento y la necesidad de confrontar la realidad americana con la de otros continentes.

Y huellas de ese viaje son también los objetos. El sólido baúl de cuero con su nombre grabado en el costado, fiel compañero de tantos viajes, seguramente guarda en sus fibras memorias del paso de Sarmiento por esas latitudes, por entonces más lejanas que ahora. Atravesando mares y océanos, y luego de recalar en algunos puertos americanos como Montevideo y Río de Janeiro, llegó ese hombre todavía joven a los lugares que en su mente se habían moldeado precariamente a fuerza de lecturas e imaginación. Podemos ver las acuarelas, compradas por el sanjuanino, que retratan paisajes icónicos de las ciudades europeas que supo recorrer con ávida curiosidad.

El flâneur, escribirá en una carta enviada desde París en 1846, persigue una cosa que él mismo no sabe lo que es; busca, mira, examina, pasa adelante, va dulcemente, hace rodeos, marcha, y llega al fin… La figura del flâneur, a la que Sarmiento define como una existencia, una beatitud del alma, fue popularizada catorce años más tarde por Charles Baudelaire, al describirlo como un observador apasionado que se hace una sola carne con la multitudun caleidoscopio dotado de conciencia que en cada movimiento reproduce la multiplicidad de la vida. El flâneur, ese paseante callejero intelectualmente activo, es según Walter Benjamin la figura esencial del moderno espectador urbano.

Sarmiento exploró incansablemente la vida cultural de las sociedades que visitaba; nada le era ajeno. El Diario de Gastos, cuyo original manuscrito puede verse durante el recorrido a esta muestra, da cuenta de su paso por refinados salones y populosos boulevares. Conocido es su gusto por el teatro, que lo llevara incluso a ejercer la crítica de espectáculos como parte de su labor periodística. Testimonian esa afición su asistencia a numerosas funciones teatrales y las postales que reproducen la imagen de actrices y actores del teatro parisino, adquiridas durante su estadía en la capital francesa y también exhibidas en esta muestra. La variedad de intereses que alcanzaba la voracidad de conocimiento de  Sarmiento puede verse reflejada en otros objetos que aquí se exponen: un ejemplar del Corán, presumiblemente comprado en el continente africano, una figura tallada en lava volcánica que reproduce un tema de la mitología griega, una pipa tipo narguile de origen alemán. Disfrutó y se nutrió de todo lo que el vasto mundo le ofrecía. Y todo ello sin perder nunca de vista el objetivo fundamental de su viaje; ahí están las cartas que enviaba regularmente a Chile dando cuenta de la investigación que llevaba adelante sobre los sistemas educativos europeos; este proceso tendrá su culminación cuando Sarmiento conoce, durante su breve paso por los Estados Unidos, al pedagogo Horace Mann. Todo este trabajo incansable se cristalizará en su libro De la Educación Popular, publicado en Santiago de Chile en 1849.

Regresó entonces al país trasandino, con su maleta y su espíritu rebosantes de proyectos destinados a transformar la realidad social y política de las patrias del Sur a partir de lo que supo entender como presupuesto impostergable de ese cambio: la educación de sus pueblos.



Julián Ezquerro
Área de Gestión Cultural

Ver Exhibicion: https://museosarmiento.cultura.gob.ar/exhibicion/expandiendo-horizontes/