El 29 de diciembre de 1855, Domingo Faustino Sarmiento, en calidad de miembro de la masonería, funda en nuestro país junto a otros catorce masones la Logia Unión del Plata N°1. Entre sus miembros se destacaron José Valencia (abogado y legislador), Ricardo Lavalle (Presidente de la Legislatura y de la Bolsa de Comercio), Santiago Rufino Albarracín (Ministro de Guerra y Marina), Federico Álvarez de Toledo (Fundador de la Sociedad Rural) y Carlos Casares (gobernador de Buenos Aires).
Sus principales propósitos fueron la “Búsqueda de la Verdad” basándose en la “Razón” y en la idea de “Progreso”. Persigue alcanzar la perfección del individuo para que estos actúen en el medio “profano” bajo los principios de la “Moral Masónica”, y así lograr el bienestar de sus semejantes. En la Masonería Argentina, Ciencia, Trabajo y Justicia es el lema que debe observar todo masón.
Cabe recordar que Sarmiento tomó contacto con la masonería durante su segundo exilio en Chile, iniciándose el 31 de julio de 1854 en la Logia Unión Fraternal, establecida en Valparaíso. El 12 de mayo de 1882 alcanzó el cargo más alto dentro de la jerarquía masónica en Argentina, el de Gran Maestre o Presidente de la Gran Logia Argentina de Libres y Aceptados Masones.
Su actividad masónica fue de gran importancia para la Orden y para la política de nuestro país. La filosofía francmasónica le proporcionó un gran sentido universalista y la comprensión de la importancia de valores como: Progreso, Tolerancia y Modernización. Por todo esto consideraba que la única manera de lograr el desarrollo armónico de una nación, es a través de la Educación y de la Soberanía Popular.
Imagen: Colección Museo Histórico Sarmiento
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