El 27 de enero de 1871, durante la presidencia de Domingo F. Sarmiento, se registró oficialmente el primer caso de fiebre amarilla en la ciudad de Buenos Aires, que luego devino en una de las epidemias más catastróficas de la región. Esta enfermedad viral es transmitida por el mosquito aedes aegypty y se caracteriza por ocasionar hemorragias y disfunción renal, de allí que sus síntomas más comunes sean dolor de cabeza, náuseas, vómitos, dolor abdominal, orina oscura, fiebre y color amarillo en ojos y piel.
Si bien el período de la presidencia de Sarmiento se caracterizó por el desarrollo en ciencia y tecnología en el país, como fueron el trazado del sistema cloacal urbano y un fuerte enfoque en materia de salud, la epidemia de la fiebre amarilla tuvo graves repercusiones en la población de la ciudad de Buenos Aires tanto a nivel sanitario, político y socio-ambiental, cobrándose la vida de aproximadamente el 8% de la población de la ciudad.
Finalmente, Carlos Finlay -médico cubano- descubriría en 1881 el origen de la enfermedad y en 1936 Max Theiler -médico sudafricano- elaboraría la primera vacuna.
Imagen:
Domenico D´Amato, A.S.E il Signor Presidente della Repubblica Argentina, 1871, impreso, encuadernado y cosido, 28,5 x 19,5 cm, inv 7103, Nápoles, Italia.
Mensaje del 30 de octubre de 1871 del Dr. Domenico D´Amato, médico italiano, a Domingo F. Sarmiento, en el cual le sugiere que, aún finalizada la peste, preste atención a futuros rebrotes de la fiebre amarilla durante los meses de verano y le sugiere una receta a base de quinina para tratar la enfermedad. Este documento se encuentra actualmente en exposición en una sala del museo.