"La Libertad de Prensa" desde la mirada de Sarmiento

Mirada personal-profesional como periodista: "Periodismo y poder" 

 

Desde siempre el objetivo del poder ha sido vigilar al mensajero. Antecedentes de falta de libertad de expresión tenemos varios en Argentina desde 1853. Especialmente desde el primer golpe de Estado, en 1930, y cada uno de los que se sucedieron hasta 1976 en que se vivió la peor persecución contra la prensa, con absoluta falta de libertad de expresión. Pero hoy, no todo lo que brilla es oro en nuestro mundo de libertades en democracia, porque los gobiernos democráticos de los distintos colores políticos que nos han gobernado, no maduraron sobre la distancia que deben conservar respecto del mal llamado "cuarto poder".  Será porque uno de los síndromes que permanece y se actualiza con cada gobierno es el "síndrome de la persecución periodística". Nuestro país suele ser distinguido con frecuencia por "su buen periodismo".  En el Viejo Mundo se reconoce muchas veces a la prensa argentina como la más brillante de Iberoamérica, a pesar de lo difícil que es encontrar hoy un Sarmiento o, porque no, un referente como el colombiano García Márquez en alguna redacción de la actualidad.  

 Claro está que en la liturgia de los periodistas no se ha concebido jamás la mitra por sobre la palabra o la opinión expresada, ni se ha pedido tampoco la gracia unánime para la aprobación general de la crítica o el elogio. Sin embargo, esta profesión sigue teniendo su cuota de riesgo frente a los poderosos y no sólo frente al poder político. 

 ((Ejemplos de presidentes Adolfo Suárez  (España) y Mijail Gorvachov (ex URSS)

 Por todo ello, ante las históricas presiones condicionantes del poder de todos los sectores (políticos, económicos, financieros, sindicales, empresariales) respecto de la información, a los periodistas les cabe la labor de decodificar y depurar la información de los intereses legítimos o espurios que siempre le añaden las fuentes. O, dicho de otra manera, purificar los ojos en busca de la verdad. Pero también hay periodistas (o ciudadanos dedicados a esta profesión, que no siempre es lo mismo) que parecen haber proyectado en su quehacer una secreta frustración de rectores políticos, o han antepuesto su rencor ideológico a la mera piedad. Hay que recordar que se es más injusto cuando más poder se tiene, y los periodistas no siempre, o no todos, hemos sido ejemplo ni de humildad ni de ecuanimidad, precisamente porque, a diferencia de otras profesiones, suponemos tener "el poder de la comunicación" en nuestras manos.

 Pero mientras tanto, la ética sigue cabalgando en busca de la belleza de las formas en el actual modelo de cultura informativa.  Una ética en la cual una cosa bien hecha, un texto bien redactado, una información bien transmitida, es por definición bella porque está bien, porque ha intervenido la buena prosa y sobre todo porque está iluminada por la verdad.

   "Informar es decir lo que el poder quiere ocultar". Este "mandamiento" que se suele recordar a los alumnos de primer año de Periodismo como para empezar a hablar de la profesión, era practicado por Sarmiento a la perfección, aunque él podía expresarlo de manera más contundente, más duro, más doloroso. 

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Disertante: Luis Eduardo Meglioli - Periodista Sanjuanino

Modera: Virginia Gonzalez - Museo Histórico Sarmiento 

Fecha: Jueves 6 de mayo   - 18 h

En vivo por Youtube @museosarmiento 

 

Cuándo

6 Mayo 2021

Horario

  • Abierto de 18:00 a 19:00

Entrada

Gratis